Me pide
Juanma, presidente de la Asociación de Escalada de la Zona Centro, que escriba
unas líneas para la página web sobre el Barranco del Fin del Mundo, para
explicar dónde está la zona, los datos y una pequeña descripción. Le digo que
sí pensando que no quiere pedirme unas líneas de descripción de la zona como si
fuera para una reseña mala de las de Desnivel. Creo que sin pedirlo está
queriendo otro tipo de texto. No en vano es en este barranco y en su
problemática donde está el origen de la asociación y de todas las iniciativas
que se han tomado desde entonces.
Acepto, es
algo más. Allá va.
“El barranco
del Fin del Mundo, está situado en el término municipal de Almonacid de Zorita,
ciudad árabe de noble pasado, custodiada de sus intermitentes murallas y
abierta por sus puertas medievales, al paso de sus actuales habitantes, hombres
y mujeres que viven de su campo, de los beneficios de su río, el Tajo, retenido
y sumiso en la Presa de Bolarque.
La ruta
hacia allí es de gran belleza, atravesando pueblos viejos con castillos
eternos, silenciosos gritos de su tiempo. Bordeando la central nuclear, parada
y dormida, que no muerta sino latente, de José Cabrera, conocida como la de
Almonacid.
El nombre
de la villa, del árabe, posible “huerta (almunia)” del Señor (Cid), o quizás un
monasterio “Almonesçir”, revela un pasado de gentes de distintas formas de
pensar y vivir. El barranco de “El Fin del Mundo” sólo puede ser una extensión
de la belleza que desde entonces vieron en esos parajes olvidados entre pinos y
robles.
Colonizado el
pantano construido por un club naútico y urbanizaciones. Se llenó el valle de
construcciones y casas, desbrozando la maleza y cambiando el entorno, incluyendo pistas de tenis y parkings de coches. Incluso se construyó una depuradora para
dar servicio a toda esta población. Plantada en medio del paraje natural, con
su ruido constante ameniza las noches de la única pareja de águilas perdiceras
de la zona, y aún mas se levantó una pequeña ermita, siempre cerrada como su
culto, en la entrada del otro brazo del barranco, tributo a un dios que no se
pronuncia.
Justo entre
estas dos últimas construcciones se abren los dos brazos de un cañón en L de
paredes de caliza arenosa de calidad media, el de la izquierda muere en las
aguas del pantano, el de la derecha, tras pasar terrenos desolados por un
incendio forestal que destruyó este lado del paraíso y que a nadie importó,
salvo para recuperar toda la madera quemada para uso industrial, se va abriendo
riachuelo arriba hasta perderse en campos sin cultivar, recuerdos de un bosque
medieval.
La escuela
surge del impulso equipador de ilustres artistas del taladro, empezó Isidro, siguieron
Rafa, Carlos, Pablo, Toñín, Paulo… seguro que olvido a alguno insigne. En todo
caso, no ha sido el recuerdo de su nombre la razón de sus vías, sino la belleza
de las mismas y el afán de la búsqueda del movimiento lo que les llevó a
equipar más de 350 de todos los grados. Rutas de gran belleza, convertidas en
objetos de culto desde su equipamiento.
Ha prosperado
porque el lugar es bello, la pradera, una vez adecentada tras el abandono de
los lugareños después del incendio, es un lugar único para disfrutar en familia
y cómodo para el descanso del guerrero. Su fama ha crecido hasta situarla en
uno de los destinos preferidos en España hasta su prohibición total. Y eso que
ya había una limitación temporal, respetada escrupulosamente por todos los
escaladores, para que la pareja de águilas, bajo la calma de la depuradora,
anide y traiga a este mundo descendencia.
Ahora
estamos en tregua. Mantenemos la palabra de llegar a un acuerdo para volver a
escalar, a tomar cervezas en los bares, a disfrutar de un entorno que ahora sí
hacen los moteros, los ciclistas, los cazadores, los ruteros, los domingueros
de toda la vida. Estamos ante una prohibición difusa, sólo de carteles, no
puestos por una autoridad administrativa, de un terreno sin vallar, sin
limpiar, en el cauce de un río, en los límites de un pantano público.
La asociación
a través de su presidente ha establecido un puente de diálogo y comunicación,
consiguiendo ser la voz de los escaladores. El puente se está resquebrajando
por el tiempo y la representación de la asociación se acabará ya que el NO como
única respuesta les llevará a pelear por otras zonas donde sí sabrán aprovechar
la oportunidad”.
Hasta aquí
el texto para la web. A mí me queda la duda de hasta cuándo esperaré para
probar Circus, que me dejé pendiente, o Rehabilitación, obra maestra de Toñín.
No tengo muchas dudas, en cuando las águilas me digan voy para allá a por
ellas.
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