Me permito
escribirle esta carta tras observar los acontecimientos ocurridos en su
comunidad con relación a una actividad de ocio y tiempo libre, en concreto la
escalada deportiva, y la incapacidad de llegar a un acuerdo para que se permita
la misma en la zona denominada “El fin del mundo” en las cercanías de Almonacid
de Zorita, Buendía y Albalate de Zorita, municipios de las provincias de
Guadalajara y Cuenca.
Los escaladores
somos, principalmente, turistas de fin de semana. Respetamos el medio ambiente,
nos asociamos y disfrutamos de los espacios naturales, también viajamos, nos
alojamos, compramos, vamos a restaurantes, repostamos combustible y, sobre
todo, repetimos. Aspectos que se deben tener en cuenta para entender que somos
una forma de turismo de interior, tan difícil de construir y tan fácil de
perder.
Acudo porque
cuando se habla de turismo se piensa en “sol y playa”, hechos que en
Castilla-La Mancha no son posibles, sí por otro lado el concepto de “excursionismo”.
Turistas que dejamos de media más dinero que los anteriores, según se desprende
del estudio Balance de Turismo del Instituto de Estudios Turísticos
dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo del año 2.011 (pág.
32 en concreto). Añado que el índice de fidelidad de este tipo es del 82%.
Acudo
porque ha demostrado decisión para afrontar los problemas que se le han
planteado en la Comunidad que preside, con eficacia y mano firme. Esto no le va
a llevar mucho tiempo y los resultados serán beneficiosos para las partes
implicadas y para la economía de la zona.
La zona en
concreto es un conjunto de paredes de caliza en unos terrenos propiedad de una
urbanización y de los municipios de la zona, sin delimitación clara en el
catastro y sin vallar ni delimitar. Llevamos varios años escalando allí,
cumpliendo con las limitaciones puestas por la Consejería de Medio Ambiente de
su Comunidad en cuanto a especies protegidas y aves nidificantes. Se da la
circunstancia que hace unos años hubo un incendio forestal que devastó toda la
zona. Allí se empezó con un proceso de equipamiento por parte de escaladores,
limpiando y preparando para la actividad, actualmente se ha ganado terreno a la
maleza y a los árboles quemados abandonados y es una zona de paseo y de visita,
otrora abandonada, la invito a que lo compruebe en persona.
El propietario
allí no tenía ningún interés, ni voluntad de arreglarlo, una vez se limpió la
madera quemada después del incendio y se opone a que se realice actividad
alguna. Hace unos meses que el propietario, a través de agentes forestales
imagino que funcionarios de su comunidad, informó que se prohibía la escalada
en la zona, sin más explicación.
Se ha
negociado con él por parte de la Asociación Escalada
Sostenible de la Zona Centro, los alcaldes de la zona y la propia
consejería de la comunidad. A los escaladores se nos ha informado por parte de
Guardas Forestales que debemos irnos y así lo hemos hecho.
El efecto
sobre la zona se ha sentido, hemos dejado de ir a esas zonas a escalar y vamos
a otras, en otras localidades donde sí se permite, con el efecto sobre bares,
negocios y hostales. Puede obtener información dejándose caer por allí.
Aquí es
donde solicito su intervención, de estadista de altura, inmersa en problemas de
gran magnitud, que sepa resolver un tema menor, que lleve a convertir la zona
en un lugar de “peregrinación” nacional de escaladores de todas las
comunidades, como estaba ocurriendo y se ha cortado de raíz.
No hay que
invertir dinero, no promocionar, eso ya lo hacemos nosotros a través de
nuestros medios, blogs, revistas especializadas, por ejemplo Desnivel bajo
donde publico este blog, sólo permitir que se escale en estas zonas.
Hay otros
lugares del mundo donde sí se invierte y promociona la escalada deportiva, Arco
en Italia invierte varios millones de euros todos los años en una competición
con el objetivo de que siga siendo un destino en la agenda de los escaladores. Otros
los he desgranado en otros artículos.
Ordene que
se haga por su gente. Aceptaremos las reglas razonables de respeto al entorno y
a los demás. La prohibición sin más no es sino la forma de cercenar un poco su
comunidad. Todos saldremos beneficiados.
Otro día le
cuento otra historia sobre Cuenca capital. Sé que conoce que en las hoces de
los ríos Júcar y Huécar se escala y que vienen escaladores de todo el mundo a
disfrutar de esos parajes únicos.
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