No estamos preparados para una noticia así. No nos
corresponde a nosotros afrontarlas, nosotros que somos inmortales, que
escalamos montañas, que buscamos los límites en las paredes, que viajamos a
paraísos en este y en el otro lado del Océano.
No podemos dejar de leerla. Se hace rostro y con ella la
ausencia del que nos deja. Corre como el agua de la primavera que baja en el
deshielo, la misma que se llevó al amigo de mi amigo.
Tengo muchos recuerdos de él. Todos desordenados, sin
fechas sucesivas, sin tiempos que les acompañen. Ya no me invitará a esa
cerveza que sacaba de una nevera a pie de cualquier vía un jueves cualquiera.
No te olvidaremos. A partir de hoy cada vez que me junte
con mi amigo, que no fue capaz de articular palabra en los recuerdos, envueltos
en lágrimas, nos tomaremos esa cerveza que nos ofrecías.
Te has ido primero. Que tengas buen camino.
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