Sabía
cuando escribí el “misterio del grado cambiante” que abordaba un
tema importante de una manera frontal, pero sin profundizar en los
aspectos laterales de la definición, que son los que generan
controversia.
Anticipé
que tras unas cervezas y amigable charla cualquier escalador, tras
hablar del logro o intento de encadenar una vía determinada, tiene
que pararse a pensar en la graduación de la dificultad de la misma.
Tras el análisis se apunta en la tradicional libreta, en la más
moderna red social 8a.nu, o incluso en la barra de hielo de la
memoria, que dura lo que tarda en escurrirse en su deshielo, sin
darle más importancia.
Me
interrogan algunos seguidores del blog dónde se origina la polémica
y la discusión al ser un deporte individual de resultados
individuales y medible en las propias vías, iguales para todos los
escaladores, siendo capaces o no de encadenarlas. Reglas iguales en
el método de escalada libre, graduación igual para todos y mismos
materiales a disposición de los escaladores para su consecución.
Tengo,
entonces, que meterme en faena y especificar cuáles son las “guerras
del grado”, la sal y pimienta de nuestro día a día. Recordad que
el grado es la medición, alcanzada por consenso entre el equipador y
los repetidores, de la dificultad de una vía. Propuesta y
confirmación de la dificultad no conlleva muchos debates en el
noventa y nueve de los casos pero es el uno por ciento restante el
que vale por todos los demás.
Vayamos
por partes. Trataré de encadenar unas propuestas.
a.-
Motivaciones de superación personal: la mayoría de los escaladores
tratamos de superar el grado máximo alcanzado, razón de nuestros
entrenamientos, desvelos y multi pegues a las vías (repetirla tantas
veces hasta que somos capaces de encadenarla), por ello podemos caer
en la tentación de probar una vía que está mal graduada,
normalmente por debajo, y al conseguirla aceptar como buena la
graduación, aún con nuestro pepito grillo instalado en el hombro
diciéndonos que quizás no sea cierto.
b.-
Trampas al solitario: propuestas de grado poco consensuadas, que el
equipador propone y encadena en su nivel máximo, estando la
dificultad por debajo. Las razones pueden ser variopintas.
b.1.-
Presión de los sponsor: necesidad de obtener buenos resultados para
seguir manteniendo la esponsorización, a veces de cuantías
mínimas.
b.2.-
Complejo héroe Marvel: capaz de superar lo humano. Cada uno tenemos
un superhéroe favorito.
b.3.-
Ego escalador: y por comparación con los demás. Referencias en
revistas especializadas, blogs y páginas web son el objetivo de
estas trampas.
c.-
Grado Arrojadizo: hay equipadores que tras varias propuestas de
dificultad que los repetidores de la misma proponen una dificultad
menor, bien porque al probarla surgen métodos técnicos o de
escalada que la hacen más factible de encadenar, bien porque la
propuesta era errónea por encima, deciden que sus vías tendrán un
sello de “dificultad”, para no volver a ser sujetos a revisión,
y por tanto a crítica pública. Como si se pusiera en duda al
equipador a la vez que a la propuesta de grado. La sensación de
arrojadizo es patente.
d.-
Grado campeón: son aquéllas propuestas hechas por repetidores de
las vías indicando un grado inferior al propuesto inicialmente. En
estos casos se adivina que hay una razón detrás de este hecho pues
el repetidor proponente sabe el grado real. Esto puede ser:
d.1.-
Complejo héroe Marvel: en otra variable, la de he llegado a un nivel
sobrehumano que sólo unos pocos llegan y los demás en su afán de
conseguirlo hacen propuestas de grado por encima del que es, que ya
corrige. El grado justiciero es una variable de este complejo.
d.2.-
Complejo profesor: Una mezcla del anterior con un afán de querer
explicar su decisión, argumentando sin parar el por qué de sus
diferencias de graduación.
e.-
Apertura de nuevas escuelas: la dificultad es por comparación con
las vías encadenadas en otras escuelas que a los equipadores les
parecen de dificultad similar y van adecuando según se abren nuevas
vías y vienen escaladores a refrendar o variar el grado.
e.1
.-En este caso es habitual que los escaladores locales piensen que el
grado es más duro en su escuela que en las demás, donde las vías
se regalan, en el concepto de que es más “fácil” encadenar
vías de la dificultad máxima de cada uno.
e.2.-
Interés en que una zona se conozca: bien porque hay un bar que
quiere más clientes, un hostal que ha patrocinado un equipamiento u
otros intereses comerciales al calor de un número creciente de
escaladores ávidos de encadenar vías de máxima graduación sin
mucha dificultad. Este punto es políticamente incorrecto
escribirlo.
Hasta
aquí llegamos hoy, seguro que se nos ocurren nuevas razones que
hemos visto en nuestras charlas, al igual que a mí nos producen una
sonrisa, espectadores de estas guerras, batallas amistosas y no
tanto, de una valoración subjetiva por consenso. Sigamos.
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