Mañana
fiesta. Se junta, como decía mi abuela, a un viernes y sale un
puente, pequeñas vacaciones en un tiempo en el que todo el mundo
trabajaba, ahora sólo es un impasse para la gente que medio trabaja,
medio no, en este nuevo escenario, donde tantas cosas han cambiado al
amparo de la palabra crisis. También es un medio puente, ya no son
lo que eran.
Todos
a la carretera, a llenar el depósito de gasoil, mucho más caro que
la semana pasada, curioso que a las petroleras les vaya siempre bien,
aunque las expropien en Argentina. Pagamos con tarjeta, comisiones a
unos bancos que siempre les va bien, y cuando les va mal se arregla
con dinero de los contribuyentes y ya está, sí aún cuando ellos
también pagan, menos cuando tienen pérdidas que generan créditos
fiscales. Viajamos controlados por la Guardia Civil y sus sistemas
automáticos de control de la velocidad, mecanismo recaudatorio
necesario.
Llegaremos
a cualquier escuela, buscaremos parking, en línea o batería, no
queda más remedio. Compartir sitio, vías, zona de descanso. Haremos
cola en la vía de calentar, en la del proyecto, en la de acabar, en
la barra del bar, en la pizzería. Colectivo ambulante de
escaladores, sonrisas de tribu, plumas y gorros, manos desgastadas,
heridas y magnesio.
Todo
bien pagado con su IVA y sus impuestos indirectos y directos.
El
domingo acabaremos pronto, demasiados kilómetros de vuelta, cuerpos
cansados, algún encadene de mérito, la mayoría no, la tribu se
despide, recoge los bártulos y se refugia en casa. Apaga la sonrisa
y espera al siguiente puente.
El
gobierno se planteó acabar con ellos, va contra la productividad
dicen. No lo hagan. Entiendan
que vivimos de esto, del sol, de las playas, de las montañas, de las
paredes.
Los
puentes deben estar protegidos, deben caer siempre en jueves, si caen
en fin de semana deben “pasarse” al martes siguiente. Se lo
agradeceremos todos:
1.-
Los escaladores
2.-
Las petroleras
3.-
Los bancos
4.-
Los bares y restaurantes
5.-
La guardia civil
6.-
Los refugios de montaña.
7.-
Las casas rurales, hoteles y demás.
Sabemos
que tenemos razón.
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