Cuentan
que en una reunión de la Asociación de Escalada Sostenible con
responsables de Medio Ambiente en Cuenca sobre temas varios, como
rezaba el orden del día, que, al llegar al punto del posible
levantamiento parcial de la prohibición de escalar en el Sector
Piscinas, el funcionario de turno argumentó que era el entorno de
nidificación de una pareja de cárabos, quizás la única en la hoz.
Acto seguido explicó que este bello ave nocturno rapaz todavía no
había decidido este año donde nidificar y que había que estar a la
expectativa. “Vamos, que no sabéis dónde está”, fue la
repuesta de uno de los representantes de los escaladores. Ante la
mirada atónita y sorprendida de los funcionarios les explicó que él
sí sabía dónde estaba y ya había nidificado.
La
reunión siguió como siguen las cosas que no tienen ningún sentido,
como canta Sabina, y se acordó que en un futuro se acordaría lo que
hubiera que acordar. Una foto para el blog, y apretón de manos, una
declaración del tremendo avance y acuerdo, y la vida sigue igual. No
se puede escalar en Piscinas.
Buscábamos
la sombra de la mañana en el Camino, sector clásico conquense,
compartido por viandantes, runners, ciclistas, escaladores y canoas
por el río. Empezamos a escalar en una vía no muy frecuentada y
para nuestra sorpresa, cerca de la reunión, exactamente a un metro a
su izquierda, de un agujero salió volando lo que nos pareció un ave
nocturna rapaz. No soy buen ornitólogo así que no sé si es un
Strix Aluco (Cárabo en su nombre en latín) u otro tipo. Seguramente
no lo fuera. Una lechuza seguro que sí, y ese es el nombre común
que usamos para unos pocos de estos tipos de aves. Me gusta pensar
que una vez nos fuimos, poniendo un cartel con esparadrapo con la
palabra “nido” escrita a boli, no llevábamos una llave para
desequipar la vía, e informar a la AESZC, los tres huevos del nido
volvieron a ser cubiertos por el manto protector de la madre.
No
sé si hay que cerrar temporalmente el Camino y abrir el sector
Piscinas, sí tengo claro que el monolito y los que hay a su
alrededor habría que desequiparlos hasta que el nido esté vacío.
Nuestra lechuza ha sido capaz de buscar otro sitio para anidar más
cerca de la aglomeración que la soledad creada para ella en las
Piscinas, sorpresas de los animales en libertad.
Acabamos
el día duro de escalada sin pasar por el Alcampo, curiosa forma de
espantarnos, no ha hecho falta una norma escrita, sin más nos hemos
buscado otro lugar. Aparcando en la playa municipal, que así se
llama el conquistado territorio para el colectivo fanático, que fin
de semana sí y fin de semana también, donde se duerme, se celebran
los éxitos, se discute del grado y de los movimientos y se comparte
la tranquilidad de la noche conquense y la hospitalidad creciente de
la ciudad.
Debemos
cambiar el nombre del parking de piscinas por el de Rincón del
Cárabo, ahora que ya no se multa por pernoctar en la ciudad y que
los escaladores cuidan y mantienen. El parking se llena por las
noches, se vacía por el día, en un ritmo acorde a las horas de
insolación y al distinto ritmo de sus ocupantes. Puedes oír
flamenco a viva voz, conversar con algún habitual de las páginas de
encadenes de alta dificultad, conseguir referencias de lugares y
vías, o simplemente compartir cerveza o café, según la hora con
compañeros de oficio, no necesariamente de cordada.
Puedes
ver a José Yáñez facilitando la guía nueva de Cuenca, trabajo
fino para Desnivel, mejorando las publicaciones hasta la fecha, con
calidad en las imágenes, en la información de las vías, en las
recomendaciones, en la introducción motivante del primero de la fila
de esta zona, de nuevo “on fire” por decisión propia, que espero
sea un éxito de ventas para la editorial y llene la escuela de
gentes, aun cuando ello nos lleve a tener que gestionar los problemas
de la aglomeración.
Algo
sigue cambiando. Cuenca crece y mejora, referente mundial de lugar
para escalar en su sentido amplio, vías, alojamiento, restauración,
ambiente fanático y belleza tanto del entorno como de la milenaria
ciudad, Patrimonio de la Humanidad.
Me
subo a la ermita, allí pasaré los meses de calor. Me declaro
penitente on fire, con permiso de Luis Alfonso, hasta que consiga
subirme por alguna de sus propuestas. Tengo tiempo, ganas y
motivación. Allí os espero.
Parking del Cárabo |
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