miércoles, 6 de febrero de 2013

Negocios indirectos: coches de alquiler y el bar de Tendilla


Subía el camino de Espadelles, en Margalef, por la pista que nuestro alcalde decidió que era imprescindible arreglar con el único objetivo de que los escaladores lleguen a uno de los mejores sectores del mundo, hablando con Renaud de sus vías y proyectos, “Cerco Ibérico” le convencí porque cercaban sus vías, cuando debía haber seguido con su “Circo Ibérico”, mucho más apropiado para lo que pasa por estos lares, subía iba diciendo, cuando al llegar me encontré, como de costumbre, que era difícil aparcar. No era la habitual línea de furgos y caravanas de otras escuelas no, era un parking de coches pequeños, con sus pegatinas de empresas de alquiler.

Me apunté la empresa y llamé para preguntar si hacían alguna oferta para escaladores, por supuesto no tenían ni idea de lo que les estaba hablando. La única oferta es la habitual a los turistas que llegan en avión. Conclusión, negocio indirecto difícil de asociar a los escaladores que vienen desde el extranjero. Más a sumar al turismo que genera la publicidad de las vías de por aquí. ¿Se lo imaginaría Jordi Pou cuando empezó a equipar por allí?


Efectos colaterales, a esto se le llama negocio indirecto o inducido. Es lo que piensa el dueño del bar de Tendilla donde paramos últimamente tras escalar en Entrepeñas, paraíso de invierno de la zona centro, al no poder en El Fin del Mundo, cuando mira encantando al montón de escaladores que entran al bar después de escalar. No para de poner pinchos gratis a cada ronda, preguntándose de donde salen si la pared más cercana está a más de 30 kilómetros. Le dejamos con su duda cada fin de semana.



Coches de alquiler en Espadelles, foto de Vicent

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