lunes, 29 de octubre de 2012

¡Chapeau Señor Alcalde!


Los días de lluvia son así, te obligan a parar y esperar a que escampe. Lo que es oro para el campo se convierte en razón para vernos en los bares, como decían los Celtas Cortos. Allí nos encontrábamos una mañana de estos días mientras caía el diluvio universal sobre Margalef. Sentado en la mesa de al lado estaba un hombre, ya mayor, tomando un café escuchándonos. “Es el alcalde” me dijo el consorte de la dueña del bar.

No pude resistirme, me senté con él, Vicent me había contado muchas cosas que no me deja publicar, así que tenía curiosidad. Le hice un comentario sobre lo que había cambiado Margalef con los escaladores y descubrí a un hombre convencido de apoyar a su pueblo y a su gente con las medidas que ha tomado.

Puede parecer largo, prefiero ir una por una:

1.- Ayuda decidida a la construcción del nuevo refugio de escaladores que regenta Jordi Pou, magnífico aperturista e impulsor de la escalada allí por otra parte.

2.- Asfaltado del camino rural al Sector de las Espadelles, con el único objetivo que los escaladores lleguemos mejor a una los mejores sectores que existen.

3.- Habilitar un nuevo parking en el pueblo, ya conocéis que este punto diferencia unas zonas de otras según mi punto de vista, plantando árboles para que haya sombra en un futuro, construyendo una fuente para acceso al agua y allanando la superficie.

4.- Asumir el coste de la mayor tasa por recogida de basuras que tiene un pueblo de 100 habitantes y que produce como si fueran 500.

5.- Asfaltar un nuevo parking en el mismo pueblo al lado del río en la salida sur. El objetivo es descongestionar el centro del pueblo para sus habitantes y familiares, que no se llene de nuestras furgonetas.

6.- Convencer a los vecinos de que cedan los terrenos para que se pueda escalar. La mayoría de los sectores están en terrenos privados, por ejemplo La Finestra sin ir más lejos.

7.- Pelear con las administraciones para que no haya prohibiciones o limitaciones al número de escaladores en la zona. No hará falta recordar que la escuela está en un Parque Natural, el del Montsant.

Todavía me decía - lamentando que no hablara catalán donde se expresa mejor y yo de poder entenderlo - que tienen pendiente una inversión de 150.000 euros para que el parking tenga servicios y duchas y un punto de aguas residuales para caravanas y furgonetas.

La conversación derivó hacia otros puntos de interés local mientras yo pensaba en que Margalef hace unos diez años era una escuela incipiente, un lugar que no conocía nadie y hoy es un lugar de peregrinaje de nuestro mundo. El albergue está permanentemente completo con escaladores de todo el mundo, que vienen en avión, alquilan un coche y pasan unos días por estos parajes. Turismo, deporte, gente, inversión, Margalef en el top ten de las escuelas del mundo, por número de ascensiones y por visitantes además de por la calidad de sus rutas.

Han sabido hacer competiciones, favorecerlas, ser permisivos hasta límites que no se ven en otros lugares, que además debemos afrontar como es la basura y desperdicios de las zonas de acampada y los sectores. Problema permanente que todos debemos asumir y solucionar, llevándonos lo que generamos y siendo intransigentes con los que no lo hacen.

Los escaladores repetimos los lugares donde vamos, no vamos una vez y ya no volvemos, al estilo del turismo que va a Cuenca, por ejemplo, una vez vistas las Casas Colgantes están vistas para toda la vida. Tampoco se genera esto de un día para otro pero sí se para de un día para otro. Desayunando cerca de la zona conocida como “El Fin del Mundo” el domingo todavía nos preguntaba el dueño de un bar que por qué ya no íbamos allí. Tengo claro que no tienen al alcalde de Margalef.




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