viernes, 18 de septiembre de 2020

Cincuenta y algo

 
Cincuenta son las horas desde que cumplí cincuenta y dos años.

Casi cincuenta son los fines de semana al año que dedico a escalar.

Cerca de cincuenta son las horas que entreno al cuatrimestre, por desgracia solo son dos sesiones a la semana de hora y media.

Algo mas de cincuenta son los euros que gasto en gasolina para ir a Cuenca cada fin de semana.

Algunos euros menos de cincuenta es la cuota del Tablón donde entrenamos.

Sobre cincuenta son las veces que a la semana pienso en qué tiempo hará el fin de semana.

Mas de cincuenta veces he hecho alguna vía, viejas amigas para calentar que, después de tantos años yendo a los mismos sectores, no me canso de seguir haciendo.

Nunca he dado cincuenta pegues a una vía para encadenarla, antes la he abandonado.

Alrededor de cincuenta euros al mes es el promedio del gasto en material para escalada a lo largo del año.

Muchos, muchos menos de cincuenta son mis espónsores. Actualmente mas allá mi familia que me esponsoriza con su tiempo no recuerdo ninguno.

Una menos de cincuenta son las vías entre 7c+ y 8a que he encadenado. El primer 7c+ lo hice con cuarenta y tres años y el primer 8a con cuarenta y cuatro. No llegué a hacer cincuenta 8as antes de los cincuenta. Me toca conformarme con lo que hice. Ahora vuelvo a por ellos, buscaré los próximos cincuenta antes de cumplir otros cincuenta.

Seguro que cincuenta cervezas se abren en el parking de piscinas cada tarde de sábado.

Media docena mas de cincuenta son los kilómetros que corro cada semana.

Dos veces cincuenta son los posts desde que inicié “grados, cifras y letras”.

No llegan a cincuenta movimientos el último proyecto que estoy probando.

No menos de cincuenta fueron los días sin escalar en el confinamiento de este año. Llevaba desde la operación del codo sin escalar tanto tiempo.

Estoy muy lejos de cincuenta las vías nuevas encadenadas del ultimo año según mi 8a.nu, pandemia en medio, los años anteriores rozaban las cincuenta. Exceso de objetivos como siempre.

Para llegar a cincuenta largos necesito cinco fines de semana, todavía me gusta echarle la culpa a las labores de paternidad y no a la falta de fuerzas.

Dos veces cincuenta son los días para que acabe este año 2020, tan raro y tan único, y nos quedan muchos pegues a dar, horas de entrenar, los viajes a hacer, cervezas a tomar y sueños a cumplir.

Cincuenta y algo son los años pirata que he vivido, me gusta pensar en los siguientes, ya se que no serán cincuenta y se quedarán en algo.

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